La educación Waldorf apunta a la gran meta de sembrar en la humanidad auténticas fuerzas de renovación, con el desarrollo en los individuos jóvenes tanto de una percepción de lo social como de sus propios impulsos y capacidades individuales. Como “Educación hacia la Libertad” es su intención promover el desarrollo del niño en su totalidad: interés por el mundo, pensar intelectual, creatividad, sentido ético, sensibilidad artística, habilidades manuales, capacidades sociales, y fuerza de voluntad. Esta es la mejor base para un mundo en crecimiento conjunto, que debe confiar en las capacidades de cada uno, para continuar teniendo futuro. La Pedagogía Waldorf quiere fomentar en los niños y jóvenes que sean verdaderos ciudadanos futuros del mundo, y al mismo tiempo acercarles los variados tesoros de su cultura regional.